Infantojuvenil
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Título del Test:![]() Infantojuvenil Descripción: bloque 2 Fecha de Creación: 2020/09/13 Categoría: Otros Número Preguntas: 51
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Los objetivos y procedimientos para evaluar la depresión infantil y juvenil. difieren de otros trastornos y otras edades. difieren de otras edades. son similares a otros trastornos y otras edades, diferenciándose en los instrumentos específicos. a, b y c son verdaderos. Antes de los 7 años la evaluación se debe centrar. en conductas manifiestas (alteraciones en el desarrollo motor y lenguaje, rendimiento intelectual y socialización). en entrevistas o cuestionarios con adultos. a y b son correctas. a y b son falsas. Antes de los 7 años se recomienda usar distintas fuentes de información, siendo frecuente la falta de concordancia: los padres suelen informar mejor de problemas somáticos. los maestros de problemas de conducta. los niños de los síntomas encubiertos. a, b y c son verdaderos. En la depresión adulta, las terapias farmacológicas y psicológicas han demostrado su eficacia y ambas son consideradas de primera elección. En la depresión infantil y adolescente el tratamiento. no tiene suficiente aval empírico de su eficacia. sólo el tratamiento psicológico tienen suficiente aval empírico de su eficacia. sólo el tratamiento farmacológico tiene suficiente aval empírico de su eficacia. tanto el tratamiento psicológico como el farmacológico tienen suficiente aval empírico de su eficacia. Entre las técnicas más efectivas para el tratamiento de la depresión infantil está: la identificación emocional. planificación de actividades desagradables. la exposición a la emoción de tristeza. a, b y c son verdaderas. Felicitarle o elogiar al niño con depresión siempre que haga algo bien y ante el error, recordarle que sí le salen las cosas o hablarle sobre cómo ha podido anteriormente hacer lo que se le pidió o lo que tenía que hacer a pesar de que al principio también pensó que no iba a poder, no compararlo con otros niños, establecer metas realistas consigo mismos y se acepten tal como son sin por ello, caer en el desánimo…. es un procedimiento para aumentar la autoestima de los menores. no se trata de ningún procedimiento ni técnica psicológica. a y b son verdaderos. a y b son falsos. Preguntar e interesarse por los problemas del niño con depresión, por lo que siente y por lo que le pasa en la escuela o con sus amigos, profesores: es una habilidad para escuchar empáticamente a los hijos. es un procedimiento para aumentar la autoestima de los menores. no se trata de ninguna habilidad, procedimiento o técnica psicológica. a, b y c son falsas. Ubicar los trastornos en el contexto histórico y en el proceso de desarrollo, apuntalar ese proceso de desarrollo y orientar a las figuras parentales en esta tarea se denomina: contextualizar. contener. re-definir. a, b y c son verdaderas. El firme compromiso con el/la adolescente y con su familia en abordar la redefinición de los trastornos presentados, trabajar el proceso en su conjunto sin escatimar los recursos existentes en la actualidad, sean del tipo que fueren se denomina. contextualizar. contener. re-definir. a, b y c son verdaderas. La adecuación de la oferta de servicios a la demanda realizada por el/la adolescente que presenta algún tipo de sufrimiento o desadaptación se refiera a: el enganche. la demanda. la oferta. a, b y son falsos. Las Habilidades Sociales (HHSS) son. las conductas o destrezas sociales específicas requeridas para ejecutar competentemente una tarea de índole interpersonal (Ejemplo: Hacer amigos o negarse a una petición). hace referencia a un conjunto de comportamientos adquiridos principalmente a través del aprendizaje siendo una variable crucial en dicho proceso el entorno interpersonal en el que se desarrolla y aprende el niño. son respuestas específicas a situaciones concretas (especificidad situacional). a, b y son verdaderas. Las habilidades sociales son un conjunto de conductas que los niños. hacen y dicen. sienten. piensan. a, b y c son verdaderas. Las habilidades sociales son importantes por: porque constituyen elementos fundamentales en la prevención de la violencia. porque constituyen elementos fundamentales en la promoción de patrones de convivencia pacífica en los niños. a y b son verdaderas. a y b son falsas. Las habilidades sociales cumplen con el objetivo de: brindar a los niños elementos de socialización y cortesía. aportar a los niños herramientas de asertividad. darle a los niños elementos de prevención y manejo de conflictos. a, b y c son verdaderos. Las habilidades de interacción social se aprenden de la misma forma que otros tipos de conducta a través de los siguientes mecanismos: aprendizaje por experiencia directa y aprendizaje por observación. aprendizaje verbal o instruccional. aprendizaje por feedback interpersonal. a, b y c son verdaderas. Función que cumplen las habilidades sociales. conocimiento de sí mismo y de los demás y apoyo emocional. desarrollo de determinados aspectos del conocimiento social y determinadas conductas. autocontrol y autorregulación de la propia conducta en función del feedback que se recibe de los otros. a, b, c y d son verdaderas. El miedo a relacionarse con otros o a ser rechazado puede desencadenar: inadaptación juvenil: Delincuencia juvenil. violencia, agresión, robos…. problemas de salud mental en la adolescencia y la edad adulta: alcoholismo, suicidio, toxicomanías…. a, b y c son verdaderos. Los problemas de competencia social se explican porque el sujeto no cuenta en su repertorio con las conductas y habilidades necesarias para actuar en una determinada situación interpersonal; el sujeto no sabe porque nunca lo ha aprendido. Esta visión se corresponde con: el modelo de déficit de habilidad o de déficit en el repertorio conductual. el modelo de competencia social. el modelo interpersonal. a, b y c son falsos. El modelo que afirma que el sujeto tiene o puede tener en su repertorio determinadas habilidades, pero no las pone en juego porque factores emocionales, cognitivos y/o motores interfieren con su ejecución se corresponde con: hipótesis de interferencia. el modelo de competencia social. el modelo interpersonal. a, b y c son falsos. Los patrones de conducta inhibida y silenciosa generalmente acompañados de patrones de evitación social se denominan: déficits sociales. patrones de conducta inhibida. el modelo interpersonal. a, b y c son falsos. Los menores con déficits sociales: emiten excesivas conductas "internalizadas" (comportamientos dirigidos hacia dentro cuyas consecuencias son sufridas por el propio niño). reciben bajas puntuaciones en interacción con los otros. sus compañeros y compañeras se olvidan de ellos en sus descripciones o les califican de modo neutro e indiferente y son vistos por sus profesores como tímidos y tranquilos. a, b y c son verdaderas. Es fundamental favorecer, trabajar y enseñar habilidades específicas para la competencia social. desde los primeros años de vida. a partir de los 6 años de vida. a partir de los 12 años de vida. a, b y c son falsas. Hay un grupo de niños que pueden beneficiarse especialmente con la enseñanza sistemática en habilidades sociales. Estos niños son: niños que son retraídos o agresivos. niños que se están desarrollando normalmente, pero tienen déficits periódicos en las conductas prosociales. niños que tienen problemas de aprendizaje, desórdenes de comunicación, problemas de comportamiento u otras limitaciones. a, b y c son verdaderas. Un programa para la enseñanza de las habilidades prosociales podría constar de alguno de los siguientes componentes básicos: el Modelaje. los juegos de roles. la retroalimentación sobre el desempeño. a, b y c son verdaderos. Proporcionar información al niño sobre qué bien lo ha hecho durante el juego de roles, particularmente qué tanto se ajusta su simulación de los pasos de la habilidad a lo que ha mostrado el modelo se denomina: el Modelaje. los juegos de roles. la retroalimentación sobre el desempeño. a, b y c son verdaderos. La conducta interpersonal que implica la expresión directa de los propios sentimientos y la defensa de los propios derechos personales, sin negar los derechos de los otros se denomina: habilidad social. asertividad. conducta interpersonal de expresión. a, b c y d son verdaderas. La efectividad de la conducta social depende. del contexto concreto de interacción. de los parámetros de la situación específica. a y b son verdaderas. a y b son falsas. El PEHIS es un programa de enseñanza de Habilidades de Interacción Social. que se aplica a niños de entre cuatro y ocho años. que se aplica a niños de entre ocho y doce años. que se aplica a niños de entre tres y cinco años. a, b y c son falsas. En los programas de entrenamiento de la competencia social en niños, las habilidades básicas de interacción social. son complejas pero fundamentales. muchas veces se olvidan porque parecen obvias y se dan por supuestas y sabidas por los niños y las niñas. no suelen olvidarse. a, b y c son falsas. Se emplea cuando queremos pedir algo y nos tememos que nuestra petición será rechazada; sin embargo, la otra persona todavía no nos ha contestado, sino que está dando razones por las que probablemente rechazará nuestra petición. Esta técnica se denomina: reversión. inversión. etroversión. a, b y c son falsas. Los problemas de comportamiento graves en la adolescencia y juventud temprana y las conductas agresivas y delictivas y que provoca gran preocupación social. se han incrementado progresivamente. han decrecido gracias a las intervenciones psicológicas. se mantienen estables. a, b y c son falsas. El origen de los problemas de comportamiento y desajustes pudiera estar en. un desarrollo psicosocial deficiente por unas pautas educativas desajustadas. la mayor disponibilidad y accesibilidad a modelos inadecuados. a y b son correctas. a y b son falsas. El comportamiento adecuado en los niños depende de. la edad. a personalidad. el desarrollo físico y emocional. a, b y c son verdaderas. El patrón conductual complejo con numerosas conductas específicas que funcionan de forma individual y sinérgica para conseguir cambios en los niños dirigidos a lograr su adaptación emocional y conductual en una sociedad concreta se denomina: estilos educativos. pautas de crianza. a y b son verdaderos. a y b son falsos. Los estilos educativos. no son pautas rígidas, sino tendencias que pueden modificarse por la experiencia del padre. pueden cambiar entre un hijo y otro, con cada hijo, según las circunstancias y momento personal del padre y del niño. se consideran comportamientos con alta consistencia. a, b y c son verdaderos. La mayoría de los padres utilizan métodos disciplinarios basados en tres enfoques básicos: tiránico, permisivo y autoritario. democrático, permisivo y autoritario. democrático, liberal y autoritario. a, b y c son falsas. Cuando se fomenta que los niños son capaces de resolver problemas por sí mismos, se les deja elegir y aprender de las consecuencias de sus decisiones y se considera que reforzar es una forma efectiva para fomentar la cooperación estaríamos hablando de: unos padres liberales. unos padres democráticos. unos padres cooperativos. a, b y c son verdaderas. Las siguientes creencias:Los niños cooperan cuando entienden que la cooperación es lo correcto. - El trabajo de los padres es servir a sus hijos y hacerles felices - Las consecuencias que desagraden a los niños no pueden ser efectivas son propias de padres: unos padres liberales. unos padres democráticos. unos padres permisivos. a, b y c son verdaderas. La negativa a iniciar o completar una orden realizada por otra persona en un plazo determinado de tiempo (5, 10, 20 segundos, dependiendo de los autores), esta orden puede hacerse en el sentido de “hacer” o “no hacer”, de detener una determinada actividad. Así mismo implica otras situaciones en las que la norma no se dice directamente pero está implícita y presente se denomina. desobediencia. negativismo. disrupción. a, b y c son correctas. Los criterios utilizados para la calificación de la conducta desobediente son: se le da al niño la orden de que realice una conducta. Este no comienza a realizarla en un periodo de tiempo inferior a 20 segundos. se le pide al niño que interrumpa su conducta actual, o que no comience a realizar una conducta. El niño no interrumpe la conducta en un lapso inferior al prefijado (20 segundos). el niño no realiza una conducta que se ha establecido por norma tiene que realizar y lleva a cabo conductas que explícitamente se le han prohibido. a, b y c son verdaderas. La categoría diagnóstica en la infancia y la adolescencia que hace referencia a la presencia de un patrón de conducta persistente, repetitivo e inadecuado para la edad del menor, que se caracteriza por el incumplimiento de las normas sociales básicas de convivencia y por la oposición a los requerimientos de figuras de autoridad, generado como consecuencia de un deterioro en las relaciones familiares y/o sociales se denomina. trastorno del comportamiento perturbador. trastorno conductual negativista. trastorno negativista. a, b y c son falsos. Los problemas que con mayor repercusión social debido a su frecuencia, severidad, cronicidad y consecuencias negativas, constituyen los diagnósticos más frecuentes en las unidades de salud mental infanto-juveniles son el: trastorno negativista desafiante y el disocial. trastorno conductual negativista. trastorno del comportamiento perturbador. a, b y c son falsos. La mayor parte de las veces en que aparece una conducta disruptiva y/o agresiva se debe a una reacción a una situación conflictiva, como pueden ser: problemas de relación social con otros niños o adultos:. cualquier situación conflictiva que provoque en el niño un sentimiento de frustración u otra emoción negativa:. imitación u observación de la conducta de modelos agresivos. a, b y c son verdaderos. Sucede cuando los padres ceden ante la presión de su hijo, y el niño se sale con la suya. reforzamiento negativo de la conducta disruptiva. reforzamiento positivo de la conducta disruptiva. reforzamiento negativo de la conducta objetivo. a, b y c son verdaderas. El proceso de evaluación en niños con conductas disruptivas. podrá ser más o menos largo en función de la información pertinente. podrá ser más o menos largo en función de su grado de especificidad. siempre deberá ser lo suficientemente exhaustivo para lograr una descripción detallada de los problemas, sus relaciones funcionales e implicaciones evolutivas y sociales. a, b y c son verdaderas. Normalmente los niños son remitidos a tratamiento por los adultos: porque la conducta resulta incómoda para las personas que conviven con el niño. porque el comportamiento del niño suscita inquietud (por el malestar que le causa, o por el que anticipa). a y b son verdaderas. a y b son falsas. Los padres puede que contacten a un profesional en los siguientes casos: para obtener información sobre los criterios de normalidad o anormalidad del proceso evolutivo de su hijo. buscando feedback sobre las pautas educativas en marcha y los resultados que pueden esperan de las mismas. por el deseo de optimizar un proceso educativo que no presenta dificultades especiales. a, b y c son verdaderas. Desde el inicio del contacto terapéutico, el psicólogo toma diversas decisiones en función de: la consideración de los problemas consultados como anomalías. su importancia relativa en el contexto evolutivo y social del niño y la pertinencia. la viabilidad de un programa de intervención. a, b y c son verdaderas. Un criterio para decidir el orden o prioridad de la actuación terapéutica en niños con problemas de conducta es: la necesidad d intervenir de forma inmediata en los comportamientos peligrosos. elegir como objetivo los comportamientos que puedan tener efecto positivo sobre otras conductas relacionadas. corregir comportamientos que no cumplen las normas sociales. a, b y c son correctas. Un criterio para decidir el orden o prioridad de la actuación terapéutica en niños con problemas de conducta es: escoger comportamientos que se requieren para desarrollar otros repertorios de conducta. seleccionar las conductas cuyo desarrollo no influirá positivamente en la adaptación del niño. conductas que no alteren el sistema de contingencias y comportamientos claves para el desarrollo del niño. a, b y c son correctas. Suele utilizarse en adolescentes y consiste en la redacción de un documento escrito en el que se detallan con todo lujo de detalles las conductas que el menor está dispuesto a realizar y las consecuencias que obtendrá tanto de su cumplimiento como de su incumplimiento. Se trata de: el contrato conductual. registro conductual. un estadillo de cumplimiento. a, b y c son verdaderas. |